En primer lugar quería felicitaros a todos el año. ¡FELIZ 2018!
Y ahora quería trasladaros una reflexión o pensamiento que viene a mi mente de manera recurrente, durante estos días de Navidad.
Estamos en la época de la Información , tenemos a nuestro alcance mil y una maneras de ponernos en contacto, las familias que viven lejos pueden verse a través de un simple dispositivo, yo misma he ido de compras virtualmente con mis hermanas, que viven lejos, me han ayudado a elegir incluso una prenda de ropa, con un simple whatsApp, ¿Cual me quedo? ¿El rojo o el azul?. LA TECNOLOGÍA ES MARAVILLOSA.
Hasta aquí estamos todos de acuerdo, pero deberíamos plantearnos, si nosotros estamos utilizándola de manera adecuada. Estas fiestas todos hemos recibido y enviado muchas felicitaciones, mucha información, al final nos hemos dedicado a reenviarnos los mismos mensajes, el primero que recibes, hace gracia, pero cuando recibes el séptimo igual, empieza a ser diferente.
Estamos perdiendo a nuestros amigos reales en una maraña de «amigos irreales», estamos mezclando a nuestros amigos con amigos virtuales, que en muchos casos nos han solicitado amistad para hacer propaganda de sus páginas o de sus negocios, personas que seguramente no van a aportarnos nada, ni nosotros a ellos, porque no nos conocemos.
Dedicamos muchas horas al día a estar con el móvil en la mano, pero no hemos invertido ni un solo minuto para enviar una felicitación, pensando en una persona en concreto, no hemos felicitado a nuestro AMIGOS REALES. Les hemos dado el mismo tratamiento que al resto de nuestros contactos.
Este año que empieza quiero recuperar a mis amigos de verdad, en lugar de estar 45 minutos enviándome mensajes con una amiga , que vive en mi mismo pueblo, quiero invitarla a tomar un café, aunque sean 20 minutos. Poder mirarla a los ojos, darle un abrazo, sentir su calor, su olor, su presencia y preguntarle. simplemente, ¿Que tal estás?.
Información no es comunicación, igual que EL MAPA NO ES EL TERRITORIO.